sábado, 10 de octubre de 2020

TÍTULO EXAMEN FINAL: MODELO PROYECTO DIDÁCTICO INNOVADOR




PRIMERA PARTE: Documento científico: Introducción, desarrollo, conclusión y bibliografía con más de tres autores sobre la UNIDAD II LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA Y SU INCIDENCIA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR



CARRERA: MAESTRÍA EN DIPLOMACIA

SEMESTRE: SEGUNDO

CLASE: ANÁLISIS CONCEPTUAL DE LA HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES


 ¡Vamos a pensar estratégicamente la historia para construir el futuro!

1. Introducción

El presente proyecto de innovación didáctica educativa parte del diagnóstico de la necesidad de generar una capacidad de análisis reflexivo, crítico y propositivo en los maestrantes de Diplomacia, a través del desarrollo de competencias específicas que lleven a los estudiantes a ser protagonistas de su proceso formativo, guiándolos en una ruta de enseñanza – aprendizaje con la aplicación de estrategias didácticas novedosas para el tratamiento de la historia. En ese contexto, el problema central que se quiere resolver es la falta de herramientas conceptuales que permiten efectuar un trabajo profesional en el campo de la política exterior, a partir de hechos históricos y las lecciones aprendidas para su aplicación práctica.

Conforme el análisis que efectúa Aranda (2009) sobre la postura de Tedesco (2000) la educación se enfrenta al desafío de adaptarse a la sociedad del conocimiento, y en ese sentido, tal como sucede en el estudio de la historia de las relaciones internacionales, siempre se afrontan periodos de profundas transformaciones que no permiten determinar sí el cambio es constante o es el tránsito hacia una nueva estabilidad. Por ello, para analizar con un sentido de objetividad los fenómenos históricos se requiere contar con una base conceptual que permita guiar al estudiante a desarrollar destrezas y habilidades propias para un futuro diplomático.

Tal como lo señala Tunnermman (2005) la educación del siglo XXI debe enseñarnos a vivir todos juntos en la aldea global. Esto implica que no debemos perder nuestras raíces culturales, ni nuestra identidad como naciones, sobre todo en un mundo que se enfrenta a la globalización impactada por la pandemia del Covid 19. En ese contexto, conocer la historia de las relaciones internacionales implica contar con un bagaje conceptual que permita actuar con base en competencias. De hecho, éstas últimas “…se han convertido en un objeto didáctico de primera magnitud en la definición del nuevo modelo educativo, por lo que han precisado de una necesaria contextualización y un refinamiento conceptual para acomodarlas a su función educativa…”. (Butera, 2007, p.5.)

Consecuentemente, la presente propuesta de proyecto de innovación didáctica educativa parte del presupuesto que es necesario consolidar un conocimiento conceptual en los estudiantes, para que puedan optimizar la lectura del pasado, en un proceso de comprensión y aprendizaje que proyecte estratégicamente el futuro con una aproximación desde diferentes ópticas y contenidos propios de la tecnología de la información y el conocimiento.

2. Competencias

Se hace necesario comprender que hoy en día la educación superior universitaria debe permitir a los estudiantes contar con la capacidad de insertarse en el mundo laboral, lo que requiere de procesos de formación heurística, que incluyan capacidades, habilidades, actitudes y valores. Es decir, que las competencias pueden ser entendidas como procesos de tipo cognoscitivo, analítico, reflexivo, crítico y otros con que no son solamente elementos individuales o independientes, ya que los conocimientos deberán transformarse en hechos objetivos o concretos, esto se traduce en el aprendizaje al que le denominamos el saber hacer, es decir traducir las ideas en algo objetivo y que implican por supuesto la creación.

En ese marco, también es importante entender que para un proyecto de innovación didáctica educativa en el campo del análisis conceptual de la historia de las relaciones internacionales también debemos trabajar sobre la actitud, que puede ser entendida como el desarrollo de una motivación que permanezca en el tiempo para alcanzar las metas que uno se propone. Adicionalmente, tenemos a los valores, que son necesarios para una inserción exitosa en la sociedad, y son parte de un marco de comprensión de categorías que explican la forma de interpretar fenómenos históricos.

Como lo señala Chávez (1998) la competencia no es otra cosa que un resultado de una integración entre habilidades y conocimientos que se pueden sintetizar en saber-hacer, saber-ser y saber-emprender. De ahí que las competencias puedan ser definidas, en la escuela europea de pensamiento, como “…una combinación dinámica de conocimiento, comprensión, capacidades y habilidades”. (González, J. y Wagennar, R., 2006, p. 37).

En ese marco, se debe tener especial cuidado en que el proyecto de innovación didáctica educativa pueda tomar en cuenta los avances científicos y tecnológicos, al tiempo que utilizan estrategias para alcanzar un conocimiento que debe apuntar a preparar al estudiante para su campo laboral. Así, según Cano (2008), la formación por competencias implica articular conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales, apoyándose en los rasgos de personalidad del sujeto, a partir de una actitud reflexiva alejada del comportamiento estandarizado, dado que cada situación es nueva y diferente. Esto último, a pesar de que muchas veces se piensa que la historia se repite.

Consecuentemente, el estudiante, en este proyecto desarrollará competencias de comprensión conceptualización, resolución de problemas, trabajo en equipo, pensamiento crítico y reflexivo, responsabilidad, innovación y adaptación.

3. Desarrollo

Según Tedesco, en la interpretación de Aranda (2009) la complejidad de los procesos sociales, sumada a la crisis del Estado-Nación y la desintermediación en el marco de la globalización producen una tendencia que privilegia la búsqueda de la igualdad, el respeto por la diversidad, el fortalecimiento de la cohesión social y la necesidad de nuevos arreglos institucionales para encontrar una racionalidad al creciente flujo de informaciones. En ese contexto, los conceptos propios de las relaciones internacionales, entendida como una ciencia, son las herramientas adecuadas para comprender como este fenómeno no es reciente, sino que al contrario se formó en el período que abarca los siglos XVIII, XIX y XX, donde ya se produjeron transformaciones culturales, políticas, económicas y de distribución de poder con el surgimiento de nuevas tecnologías. No se trata de efectuar un paralelo mecánico, sino encontrar la lógica de los procesos, su base material y su sustento ideológico para entender la evolución desde una perspectiva crítica, reflexiva y propositiva.

Es precisamente con esa lógica que se debe entender el papel de la educación desde la universidad y su responsabilidad con la sociedad, especialmente en América Latina. Se debe “…reconocer que el principal desafío de la transformación educativa es el de manejar la complejidad de estos procesos. Reconocer la multidimensionalidad y la necesidad de trabajar con secuencias diferentes y simultáneas, implica admitir la necesidad de introducir ciertos niveles de experimentación en las políticas públicas, dotando a estas experimentaciones del rigor necesario”. (Aranda, 2014, p.8.). La explicación no puede ser más contundente, la comprensión de los procesos históricos requiere de una base científica, no se trata de acumular conocimiento, se debe buscar una interpretación desde lo conceptual de la historia de las relaciones internacionales para alcanzar los objetivos propuestos.

De ahí que como señala Bordenave (1982) la investigación y la enseñanza deben convertirse en verdaderas herramientas para resolver los problemas de la comunidad, la investigación vía el diagnóstico de los problemas fundamentales y la búsqueda de su solución, y la enseñanza mediante la capacitación de docentes, estudiantes y grupos de la comunidad para la ejecución del diagnóstico de la situación, así como para la aplicación de las soluciones encontradas. Por ello, cualquier alternativa que se plantee para abordar estos temas requiere de un manejo, conocimiento y comprensión de la historia.

Cuando trascendemos las fronteras nacionales y se accede a la comunidad internacional, se debe ser conscientes que sin un adecuado proceso de enseñanza – aprendizaje que dote de los conocimientos teóricos, conceptuales y prácticos de lo que supone interpretar los hechos de la historia y trasladarlos a escenarios futuros, basados en evidencias científicas, no se podrá construir y resignificar la importancia del pasado, la relevancia del presente y lo acuciante del futuro para un Estado – Nación.

En ese contexto, el docente juega un rol fundamental. No se trata ya de contar con un enfoque bancario de la educación, se debe avanzar a un nuevo estado en el que, como señala Branda (2011) los estudiantes deben ser los protagonistas de su aprendizaje, donde la comprensión y las capacidades de desarrollo de los estudiantes son crecientes en todos los ámbitos. Por ello, el docente debe ser un artista escénico, con la capacidad de conocer su tema, liderar un proceso de generación de conocimientos colaborativos y aplicación de estrategias didácticas propias del mundo virtual.

Así el planteamiento aquí expresado muestra el desafío que tiene la educación superior para combinar materias que aparentemente están alejadas de las tecnologías, pero que al contrario requieren de todo el apoyo para efectuar los ajustes necesarios para convivir con ellas. En ese contexto, el proyecto de innovación educativa en el ámbito de las relaciones internacionales requiere del uso de medios y equipos acorde con la realidad que se vive.

De ahí que la presente asignatura permitirá a los estudiantes utilizar una caja de herramientas conceptuales para efectuar un análisis histórico de las relaciones internacionales, que pueda aplicar posteriormente en el ejercicio cotidiano de la función diplomática. En ese contexto, el método didáctico que se aplicará en esta asignatura permitirá avanzar de lo más fácil a lo más difícil, de lo más simple a lo más complejo, de lo concreto a lo abstracto, de la observación y la experimentación a la reflexión y a la formación teórica y, finalmente, de la acción práctica, a la efectiva a la interiorización del tema.

Las técnicas didácticas serán utilizadas como estrategias globales e integrales. Para ello es preciso entender que las técnicas representan un conjunto de actividades ordenadas y articuladas. El objetivo final de las técnicas es logar que el estudiante sea responsable de su propio aprendizaje, tenga un papel participativo, se relacione con su entorno, actúe con autonomía y utilice la tecnología como un apoyo y recurso para solucionar problemas.

Se combinarán técnicas de grupo como la mesa redonda, debate, proyectos, grupo de intercambio de experiencias, método de preguntas, con actividades individuales. Los materiales y estrategias estarán acordes con la temática a desarrollar, partiendo de la base que todos serán los propios protagonistas de la construcción de conocimiento para adquirir nuevas competencias.

4. Conclusión

El desarrollo de un proyecto de innovación didáctica educativa en el ámbito del análisis conceptual de la historia de las relaciones internacionales constituye un desafío, tanto por el contenido de la asignatura, como por la necesidad de identificar estrategias adecuadas para cambiar la forma tradicional de pensar los hechos del pasado como un aprendizaje derivado de la sola transmisión de conocimiento. Recrear el pasado, traerlo al presente y proyectarlo al futuro requiere de una combinación de recursos y métodos que partiendo de la lógica del Cono de Dale puedan incorporar el uso de tecnologías que sean propias de un campo rígido como la historia, y más aún en el campo internacional.

Consecuentemente, el aprendizaje colaborativo, por medio de infoestructuras, con materiales educativos propios de la disciplina combinados con métodos y dinámicas didácticas que presuponen una ruptura se transforman en una oportunidad de crear una nueva forma de entender la historia de las relaciones internacionales, a partir de la generación y consolidación de herramientas conceptuales apropiadas al ámbito de la política exterior y la diplomacia.

Bibliografía

     Aranda, P. (2009) Educar en la sociedad del conocimiento. Tedesco. Documento de Trabajo. La Paz, Bolivia: EMI

     Branda, Silvia A. (2011). “Los docentes como artistas escénicos”. En Porta, L, Álvarez, Z., Sarasa, C. y Bazán S. (compiladores). Curriculo, Investigación y Prácticas en contexto(s). VI Jornadas Nacionales sobre Formación del Profesorado. Mar del Plata, Argentina. Recuperado de: http://posgrado.lapaz.emi.edu.bo/pluginfile.php/26729/mod_resource/content/3/LOS_DOCENTES_COMO_ARTISTAS_ESCENICOS.pdf

     Butera, MJ. (2007). Los blogs en el nuevo modelo educativo universitario: posibilidades e iniciativas. Barcelona, España: Facultad de Biblioteconomía y Documentación. Recuperado de:


file:///C:/Users/User/Downloads/BUTERA%20BLOGS%20Y%20EL%20MODELO%20EDUCATIVO%20PARA%20LA%20SOCIEDAD%20DEL%20CONOCIMIENTO%20(2).pdf

     Cano G., Elena (2008). La Evaluación por competencias en la educación superior. Profesorado. UDABOL, La Paz, Bolivia.

     Chávez, U. (1988). Las Competencias en la Educación para el trabajo. Seminario sobre Formación Profesional y Empleo. México D.F. México.

     Gonzalez, J., y Wagenaar, R. (Eds.). (2006). “Tuning educational structures in Europe”. Informe final - Proyecto piloto fase 2. Bilbao, España: La contribución de las universidades al proceso de Bolonia.

     Tunnermann, Carlos (2005).  “Una nueva cultura política para América Latina”. En Humanidades: la ética en el inicio del siglo XXI. UPOLI, Universidad Politécnica de Nicaragua.  Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Nicaragua/cielac-upoli/20120806021649/tunner5.pdf

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

TÍTULO EXAMEN FINAL: MODELO PROYECTO DIDÁCTICO INNOVADOR

PRIMERA PARTE: Documento científico: Introducción, desarrollo, conclusión y bibliografía con más de tres autores sobre la UNIDAD II LA TECNO...